El confucianismo plantea estructuras de vida basadas en la convivencia social, y en las que el trato con la familia y la comunidad es fundamental. La sociedad está categorizada y agrupada en diferentes conjuntos, los cuales son rígidos y jerarquizables. Estas estructuras plantean vínculos sociales que deben respetarse (Madre-Hija, Realeza-súbditas, Hermana Mayor-Hermana menor, etc.). Por último, al momento de establecer ritos y estructuras son rígidos, dando muy poco espacio a los cambios de la norma establecida.
El taoísmo plantea estructuras de vida basadas en la conexión que tiene el individuo con el universo. Es fundamental buscar la simpleza y la armonía. Se rechazan las categorizaciones, y se considera que cada elemento tiene el mismo valor, buscando eliminar las construcciones divisorias existentes en la sociedad. Esto se aplica tanto en el ámbito social como en la relación con la naturaleza. Adicionalmente, se ve un valor intrínseco en dejar que las cosas sucedan. Por último, son flexibles al momento de establecer ritos y estructuras, dando espacio a adaptaciones y cambios.